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En DWS spine clinic center contamos con la más avanzada tecnología y la experiencia de nuestros médicos certificados para dar alivio a más de 300 pacientes cada año.

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Espondilolistesis

Se realiza a través de una incisión de aprox. 10 mm., a un lado de la columna vertebral donde se introduce un endoscopio de 7 mm. con un canal de trabajo central de 4,2 mm. de grosor que se encuentra provisto de una cámara. Se introducen pinzas milimétricas con las cuales se logra extraer la totalidad del disco herniado, liberando las raíces comprimidas. Esta cirugía asegura un cese inmediato del dolor y una recuperación más rápida que los métodos convencionales, permitiendo que el paciente pueda ser dado de alta el mismo día de la cirugía.

Los síntomas de la espondilolistesis incluyen rigidez y contractura muscular, dolor en la columna lumbar que puede irradiar a glúteos y muslos. Mientras que cuando el desplazamiento es de menor grado, es menos probable que los síntomas relacionados causen debilidad, incluso un pequeño pinzamiento de las estructuras nerviosas debido al desplazamiento puede causar severos síntomas y dolor crónico. Los síntomas pueden aparecer en la misma zona de espondilolistesis pero puede haber dolor irradiado a otras zonas. Si el desplazamiento comprime estructuras nerviosas, éstas pueden generar síntomas neurológicos. El dolor radicular se caracteriza por dolor irradiado, hormigueo, adormecimiento y debilidad/pérdida de funcionalidad en los músculos que son inervados por la raíz nerviosa comprimida.

Espondilolistesis que ocurre en la columna lumbar baja, pude ocasionar síntomas en:

  • Zona lumbar
  • Pies
  • Glúteos
  • Dedos de los pies
  • Piernas

Cuando la Espondilolistesis ocurre en la columna cervical (cuello) se puede afectar:

  • Cuello
  • Manos
  • Hombres
  • Dedos de las manos
  • Brazos

Independiente de la condición que cause la compresión del canal espinal, ésta puede resultar en una mielopatía, que es caracterizada por una severa pérdida de fuerza muscular y de funcionalidad de los sistemas que se encuentran inervados por las estructuras nerviosas afectadas.

Además de la exploración física y recopilación de datos relevantes de la historia del paciente, es necesaria la realización de pruebas de imagen para confirmar la presencia del desplazamiento vertebral. Según el grado de espondilolistesis observado y de un estudio de la estabilidad de la columna se planteará un tratamiento u otro.

Se necesita para realizar el diagnóstico:

  • Exploración física compatible con la sintomatología
  • Resonancia magnética o scanner: para determinar el grado de desplazamiento
  • Radiografía dinámica: nos sirve para estudiar una posible inestabilidad de la columna.

Una Espondilolistesis que no genera compresión de estructuras nerviosas puede no requerir tratamiento. Es sólo cuando se comprueba la existencia del desplazamiento, hay síntomas asociados y se ve una inestabilidad que se plantea un tratamiento quirúrgico.

Inicialmente si la sintomatología es leve y no hay signos de inestabilidad se puede optar por un tratamiento conservador, basado en:

  1. Kinesioterapia: La realización de ejercicio es un conocido analgésico y antiinflamatorio. La musculatura que se refuerza tras el ejercicio protegerá el nivel de la columna y otorgara estabilidad.
  2. Tratamiento antiinflamatorio y analgésico: Es muchas veces necesario para permitir la realización de ejercicio y para disminuir la intensidad de dolor.
  3. Educar al paciente con respecto a las actividades del día a día: Utilizar una técnica correcta para levantar un objeto o saber levantarse de la cama es esencial para proteger la columna.
  •  

Si la sintomatología es moderada-severa se divide el tratamiento según haya o no inestabilidad:

  • Si no hay inestabilidad: Se puede realizar una descompresión de estructuras óseas que tiene como objetivo aumentar el espacio necesario para las estructuras nerviosas.
  • Si hay inestabilidad: Puede ser necesaria la fusión lumbar con tornillos pediculares. Esta cirugía, al igual que las demás cirugías que realizamos en nuestro centro, se llevan a cabo de forma mínimamente invasiva, con anestesia local y de forma ambulatoria.

Estenosis Foraminal

La Estenosis Foraminal o estrechamiento foraminal (espacio por donde salen las raíces nerviosas de la columna hacia el resto del cuerpo) ocurre cuando este espacio se ve disminuido, generalmente por cambios degenerativos en la anatomía de la columna, ocasionando compresión de raíces nerviosas. Un paciente con Estenosis Foraminal puede sentir: dolor, adormecimiento, hormigueo y debilidad.

Si la Estenosis Foraminal del canal genera presión en el canal espinal o en la raíz nerviosa que sale a ese nivel, se puede presentar como una variedad e síntomas incluyendo dolor, adormecimiento, hormigueo, debilidad muscular y espasmos musculares.

La naturaleza de los síntomas varia según a la zona afectada del foramen y del nivel de la columna afectada. Por ejemplo una Estenosis Foraminal a nivel cervical puede ocasionar síntomas en:

  • Cuello
  • Manos
  • Hombros
  • Brazos

Una Estenosis Foraminal a nivel lumbar puede ocasionar síntomas en:

  • Zona lumbar (parte baja de la espalda)
  • Piernas y pies
  • Caderas
  • Glúteos

La evaluación clínica del paciente es una de las primeras herramientas que se usan para sospechar de una Estenosis Foraminal. La exploración física es esencial junto con la realización de pruebas de imagen. La resonancia magnética y el scanner son pruebas que nos permiten visualizar estas estructuras y poder determinar si la compresión viene dada en el foramen o en otra parte del recorrido de la raíz nerviosa.

Como toda patología de columna se comienza con un tratamiento conservador que incluye la realización de ejercicios guiados por kinesiólogo y la utilización de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios.

Si estos tratamientos conservadores no logran dar un alivio considerable, debe consultar con nuestros médicos para evaluar la necesidad de realizar una cirugía mínimamente invasiva de columna. Los procedimientos que actualmente se utilizan para aliviar la compresión del foramen son:

  • Foraminoplastía: procedimiento que mediante el uso de pequeños motores e instrumentos para resecar fragmentos óseos, se liberan las estructuras nerviosas comprimidas al aumentar el diámetro de dicho orificio. Esta foraminoplastía puede realizarse mediante diferentes abordajes, pudiendo realizarse en conjunto con otras técnicas descompresivas si se determina que la estrechez también está presente en otras áreas de la columna.

Artrosis Facetaria

La articulaciones facetarias son articulaciones que conectan las vertebras por su parte posterior. Esta articulación, como muchas otras en nuestro cuerpo, tiene un recubrimiento de cartílago que favorece un desplazamiento suave entre sus partes, siendo protegida por una cápsula que rodea la articulación. La función de esta articulación es la de otorgar estabilidad, movilidad y soporte a la columna. Cada vertebra tiene dos articulaciones facetarias, una a cada lado.
La Artrosis Facetaria ocurre cuando la articulación se degenera. Aunque puede ocurrir en toda la columna, es mucho más frecuente en la zona lumbar (parte baja de la columna). El cartílago comienza a degenerarse por la edad o por traumatismos. Otra posible causa de Artrosis Facetaria es la espondilolistesis (desplazamiento anormal de una vertebra sobre la otra) situación en la que se sobrecarga la articulación facetaria.

El dolor generado por una Artrosis Facetaria es usualmente localizado en área afectada de la articulación. Cuando estas articulaciones se deforman pueden generar dolores irradiados a extremidades ya que puede comprimir las estructuras nerviosas en su paso de salida de la columna.

Si usted está sufriendo de dolor de cuello o columna y presenta síntomas como rigidez y limitación de movilidad, debe consultar con nuestros médicos.
Este es el proceso diagnóstico de una Artrosis Facetaria:

  • Revisión de su historia médica: Nuestros médicos revisaran su historia médica para determinar si su estilo de vida ha contribuido a la aparición de su dolor.
  • Revisión de su historial familiar: La artrosis es una causa común de patología de la articulación facetaria y se cree tener un componente genético. Nuestros médicos revisarán sus historia familiar para determinar si está predispuesto a generar la enfermedad.
  • Examen físico: Nuestros médicos realizarán una minuciosa exploración física valorando entre otras cosas su rango de movimiento.
  • Pruebas de imagen: Rayos X, resonancia magnética o scanner pueden ser recomendados para confirmar la presencia de Artrosis Facetaria y asegurar que no haya otras causas detrás que estén participando en la generación del dolor.

Como existen muchas causas de dolor de cuello y columna, es importante hacer un diagnóstico preciso de la Artrosis Facetaria. Una vez hecho el diagnóstico y sabemos que ésta es la principal causa de dolor, se opta por diferentes tratamientos.

Tratamiento conservador: Incluyen kinesioterapia, cambios en el estilo de vida y medicamentos analgésicos y antiinflamatorios.

Tratamiento conservador: Incluyen kinesioterapia, cambios en el estilo de vida y medicamentos analgésicos y antiinflamatorios.

Sin embargo, si los tratamientos conservadores no otorgan un alivio prolongado y efectivo de los síntomas, debería contactar a nuestros médicos para discutir la posibilidad de realizar una intervención mínimamente invasiva. Al contrario de las cirugías convencionales (abiertas) que tienen postoperatorios mas largos y conllevan riesgos inherentes, nuestras técnicas mínimamente invasivas obtienen los mismos resultados pero con menos agresión de tejidos circundantes, menor riesgo de complicaciones y un tiempo de recuperación mas corto. Específicamente a los pacientes con Artrosis Facetaria de columna se les pueden ofrecer los siguientes procedimientos:

Bloqueo facetario inyección de medicamentos analgésicos, antiinflamatorios y anestésicos en la articulación facetaria.

Neurectomía / Rizotomía percutánea con láseres un procedimiento mediante el cual, con una fibra láser se denerva (quita sensibilidad a la articulación), disminuyendo el dolor y la presión de la articulación y su cápsula.

Enfermedad Degenerativa Discal

La Enfermedad Degenerativa Discal se caracteriza por el progresivo deterioro de los discos intervertebrales. Estos discos están compuestos por un centro gelatinoso (llamado núcleo pulposo) y una zona externa fibrosa, (llamada anillo fibroso). A medida que la gente envejece, el cartílago se debilita y pierden su contenido en agua y proteínas. Con toda la presión que se ubica sobre los discos, estos son mas susceptibles a romperse o desgarrarse. El daño potencial aumenta con el tiempo.

La Enfermedad Degenerativa Discal hace que éstos sean mas susceptibles a generar una herniación. También el disco suele perder su altura inicial, disminuyendo indirectamente el diámetro del neuroforamen (espacio por donde salen las raíces nerviosas desde la columna hacia el exterior). Todo lo anterior determina compresión de estructuras nerviosas, y por lo tanto la aparición de sintomatología. Una degeneración discal a nivel cervical puede generar síntomas en el nivel de degeneración, por ejemplo, se puede desarrollar dolor a la movilización del cuello generando contracturas musculares. Sin embargo, a medida que los discos van envejeciendo se pierde espacio entre las vertebras generando pinzamientos de raíces nerviosas pudiendo registrarse sensación de dolor, debilidad, hormigueo y adormecimiento en las áreas inervadas por la raíz afectada en cuestión.

Se pueden presentar síntomas en las siguientes zonas:

  • Hombros
  • Muñecas
  • Brazos
  • Dedos
  • Antebrazos

Una degeneración discal a nivel torácico se refiere a una Enfermedad Degenerativa Discal que se encuentran en la parte media de la espalda. La afectación de esta zona es relativamente poco frecuente, sin embargo cuando ocurre, el desgastamiento de los discos puede llevar a dolor a la zona de afectación así como otras áreas como:

  • Abdomen
  • Tórax

La afectación ocurre a nivel lumbar ( parte baja de la espalda) se explica por las grandes fuerzas que se aplican a esta zona, al realizar actividades cotidianas como estar de pie, sentarse y caminar. Al ser fuerzas más intensas, el daño suele ser de mayor magnitud, pudiéndose dañar o desgarrar el disco intervertebral además del cartílago de la articulación facetaria (articulación de la parte posterior de las vertebras). A medida que estas estructuras de van dañando, los síntomas se manifiestan como un dolor lumbar puro. Es diferente el caso cuando se asocian deformidades óseas que intervienen con las estructuras nerviosas vecinas, pudiendo expandirse lo síntomas. Los pacientes afectados pueden sentir dolor, adormecimiento y debilidad en las siguientes áreas:

  • Glúteos
  • Pies
  • Piernas

Todos estos síntomas generalmente pueden aparecer en un lado de nuestro cuerpo, aunque pueden, en ocasiones, ocurrir de forma bilateral.

El primer paso para poder llegar al diagnóstico de una Enfermedad Degenerativa Discal es que nuestros médicos revisen su historial médico, intentando determinar los factores más importantes en la generación de esta enfermedad. Es esencial también la exploración física, pudiendo determinar la localización del problema y evaluar el rango de movimiento del paciente. Las pruebas de imagen son útiles para confirmar el diagnóstico que ya sospechamos y para asegurar que no haya otras causas que estén además aportando al dolor. Una radiografía, scanner o resonancia magnética pueden estar indicadas.

Una vez diagnosticada la Enfermedad Degenerativa Discal, se ofrecen una serie de tratamientos conservadores para ayudar a reducir el dolor. Los tratamientos conservadores no tratan la patología pero si reducen los síntomas de dolor mientras su propio cuerpo sana el proceso mediante la desinflamación.

El ejercicio físico que fortalece la musculatura abdominal y dorsal suele ser el pilar del tratamiento conservador, seguido de una correcta pauta medicamentosa con antiinflamatorios y analgésicos. Muchos pacientes encuentran alivio mediante este tipo de tratamiento.
Este proceso puede tardar varios meses, sin embargo , si después de un tiempo aún sigue sintiendo dolor y otros síntomas, deberá conversar con el médico tratante sobre los procedimientos mínimamente invasivos disponibles para su patología.

Tratamientos que pueden aliviar el dolor generado por una Enfermedad Degenerativa Discal son:

  1. Bloqueo foraminal y facetario
  2. Nucleoplastía y Anuloplastía del disco con ayuda de láser
  3. Lavado intradiscal
  4. Extracción de fragmentos discales si la discopatía evoluciona a hernia.

Raquiestenosis

La palabra estenosis deriva del griego “stenos” que significa “estrecho”, por lo que Raquiestenosis es el estrechamiento del canal espinal que transcurre entre las vertebras. Este proceso es generalmente gradual y relacionado a procesos degenerativos de la columna, estrechamente relacionados con la edad, aunque en un porcentaje considerable de pacientes se presenta un factor genético que determina de nacimiento un canal mas estrecho.

Los pacientes manifiestan síntomas de Raquiestenosis de canal espinal solo cuando los nervios de la columna se ven comprimidos por el estrechamiento. Los síntomas pueden ir variando según la localización:

  • Estenosis cervical del canal espinal: generalmente presentan síntomas de debilidad, adormecimiento y dolor en cabeza, cuello, parte alta de columna, hombros y brazos. En casos extremos puede ocurrir desmielinización del canal espinal (daño a la cama protectora que rodea las fibras nerviosas), en este caso los síntomas pueden ser más alarmantes, afectando el balance y otras funciones vitales.

 

  • Estenosis lumbar de canal espinal: Ocurre en la parte baja de la columna. Se presenta como dolor lumbar y en algunos pacientes se añade dolor, adormecimiento y debilidad en las caderas, glúteos, piernas y pies.
  • Estenosis torácica del canal espinal: Es rara y puede sentirse en la espalda, costillas y órganos internos o abdomen.

El dolor es usualmente el factor que hace que el paciente busque tratamiento. Antes de que su médico pueda recomendarle un procedimiento, deberá realizar un proceso diagnóstico, para lo cual necesitara realizar:

  • Examen físico: valorar en una exploración física la fuerza, sensibilidad y los reflejos del paciente. Esto puede determinar la extensión de la lesión. El dolor suele ser más intenso de pie y disminuir al estar sentado o inclinado hacia delante. Caminar puede también generar dolor que hace que el paciente tenga que detenerse tras un par de cuadras.
  • Resonancia magnética: Nos ayuda a visualizar con detalle las imágenes de partes blandas y óseas de cuello y columna.
  • Scanner: Este examen nos aporta información detallada de las estructuras óseas de la columna.
  • Radiografía dinámica: Es importante descartar que el daño a nivel discal no viene dado por una inestabilidad en el segmento vertebral. Esta radiografía nos aporta información sobre cómo se comporta su columna en movimiento.

El primer paso antes de determinar el mejor tratamiento para la Raquiestenosis del canal es determinar la localización y la causa de la compresión. En muchos casos viene causada por otras patologías de la columna; por ejemplo un disco protuido, una inestabilidad de la columna que desplaza una vertebra sobre la otra disminuyendo el espacio del canal espinal, deformidad de las articulaciones facetarias (articulaciones que se encuentran en la parte posterior de la columna) que pueden disminuir el espacio por donde pasan las estructuras nerviosas y una estrechez congénita del canal. Una vez que la causa ha sido determinada, nuestros médicos le pueden ayudar a determinar cuál es la mejor forma para tratar su dolor.

Para los pacientes que no responden a los tratamientos conservadores con analgésicos, antiinflamatorios y ejercicios de fortalecimiento muscular, se debe sugerir el tratamiento quirúrgico mínimamente invasivo. Los tratamientos pueden variar desde:

  1. Descompresión posterior (hemilaminectomía descompresiva), que consiste en ampliar el área del canal espinal mediante la extracción de una pequeña fracción de tejido óseo que está condicionando la compresión.
  2. Extracción de hernia discal o protusión: si la compresión del canal está dada en mayor parte por un componente discal que determina una estrechez del canal, el tratamiento se debe basar en la extracción de dicho fragmento para así liberar espacio.
  3. Facetectomía descompresiva: cuando es la articulación facetaria la que esta determinando por su deformidad una estrechez en el canal se debe optar por disminuir su tamaño. En varias ocasiones este procedimiento se realiza en conjunto con la descompresión posterior y con el abordaje posterolateral, denominándose descompresión por doble vía.

Hernia Discal

La Hernia Discal o hernia del núcleo pulposo es el término que se utiliza para designar la patología en la que la parte central del disco (núcleo pulposo) que se encuentra rodeado por una capa fibrosa, comienza a salir de su posición central, pudiendo comprimir estructuras nerviosas. La degeneración gradual de estos discos se debe a un proceso de envejecimiento normal o acelerado por un factor genético. Otras causas del daño al disco pueden ser traumatismos y fuerzas ejercidas sobre los discos, debilitándolos y predisponiéndolos a la generación es esta patología.

Curiosamente, la Hernia Discal por si sola no genera sintomatología. Es sólo cuando el núcleo pulposo comprime estructuras nerviosas vecinas que los síntomas aparecen. Es más, es probable que se tenga más de un disco herniado en varios niveles en este mismo momento, pero no causen ningún síntoma a no ser que haya una compresión de estructuras nerviosas. Cuando ocurre la compresión de estructuras nerviosas los síntomas pueden incluir:

  • Dolor crónico
  • Debilidad
  • Dolor irradiado a extremidades
  • Hormigueo
  • Adormecimiento
  • Alteración de reflejos
  • Estenosis cervical del canal espinal: generalmente presentan síntomas de debilidad, adormecimiento y dolor en cabeza, cuello, parte alta de columna, hombros y brazos. En casos extremos puede ocurrir desmielinización del canal espinal (daño a la cama protectora que rodea las fibras nerviosas), en este caso los síntomas pueden ser más alarmantes, afectando el balance y otras funciones vitales.
  • Estenosis lumbar de canal espinal: Ocurre en la parte baja de la columna. Se presenta como dolor lumbar y en algunos pacientes se añade dolor, adormecimiento y debilidad en las caderas, glúteos, piernas y pies.
  • Estenosis torácica del canal espinal: Es rara y puede sentirse en la espalda, costillas y órganos internos o abdomen.

El diagnóstico de una Hernia Discal se basa, en una primera etapa, en la historia clínica del paciente y en su exploración física. El dolor de una Hernia Discal puede presentarse de forma brusca o gradual, dependiendo de si la formación de la hernia viene dado por un episodio puntual que generó la expulsión de un fragmento discal o si la degeneración discal fue avanzando progresivamente hasta una última fase en la que se genera la hernia.

Para confirmar la sospecha diagnóstica que nos otorga la exploración física del paciente, necesitamos visualizar pruebas de imagen, entre las que incluimos:

  • Resonancia magnética: En esta prueba se visualiza de forma más clara las partes blandas, siendo de particular interés la visualización del disco intervertebral. En esta imagen podemos valorar la calidad de éste (altura, hidratación y grado de degeneración).
  • Radiografía dinámica: Esta prueba sirve para descartar una inestabilidad de la columna. Si existiera, se explicaría la carga inusual que recibe el disco y por lo tanto su tendencia a generar hernias.
  • Scanner: Aunque no tan útil para visualizar partes blandas como la resonancia magnética, el scanner sirve también para visualizar los discos intervertebrales, aunque principalmente nos dará más información sobre estructuras óseas.
  • Examen físico: valorar en una exploración física la fuerza, sensibilidad y los reflejos del paciente. Esto puede determinar la extensión de la lesión. El dolor suele ser más intenso de pie y disminuir al estar sentado o inclinado hacia delante. Caminar puede también generar dolor que hace que el paciente tenga que detenerse tras un par de cuadras.
  • Resonancia magnética: Nos ayuda a visualizar con detalle las imágenes de partes blandas y óseas de cuello y columna.
  • Scanner: Este examen nos aporta información detallada de las estructuras óseas de la columna.
  • Radiografía dinámica: Es importante descartar que el daño a nivel discal no viene dado por una inestabilidad en el segmento vertebral. Esta radiografía nos aporta información sobre cómo se comporta su columna en movimiento.

Un porcentaje no despreciable de hernias regresan a su ubicación habitual sin la necesidad de realizar un tratamiento quirúrgico.

El tratamiento conservador suele incluir:

  1. Kinesioterapia: la realización de ejercicio es un conocido analgésico y antiinflamatorio. La musculatura que se refuerza tras el ejercicio protegerá el disco de futuros episodios.
  2. Tratamiento antiinflamatorio y analgésico: es muchas veces necesario para permitir la realización de ejercicio y para disminuir la intensidad de dolor.
  3. Educar al paciente con respecto a las actividades del día a día: Utilizar una técnica correcta para levantar un objeto o saber levantarse de la cama es esencial para proteger la columna y por lo tanto los discos intervertebrales.

Cuando los tratamientos conservadores no tienen éxito, o cuando la Hernia Discal diagnosticada está comprimiendo estructuras nerviosas de forma severa, debe consultar con nuestros médicos para valorar la realización de una cirugía mínimamente invasiva de extracción de hernia. En este procedimiento se extrae el fragmento discal que está generando la compresión a través de una incisión de 1-1,5 cms. aproximadamente. El paciente permanece despierto durante la intervención ya que no se utiliza anestesia general sino que local.

Protusión Discal

La Protusión Discal se define como un disco intervertebral que se ha aplanado y expandido (o abultado) hacia el canal espinal. Esto es comúnmente causado por una presión continua de la columna contra el disco, generando una pérdida de forma y altura. Un error es pensar que todos los discos protruidos o abultados causan dolor y otros síntomas. Sin embargo, cualquier patología discal sólo generará dolor cuando comprime estructuras nerviosas en su vecindad con el canal espinal.

Si un disco deformado causa la compresión del canal espinal, Protusión Discal, usted puede experimentar dolor, adormecimiento, hormigueo y /o debilidad muscular. La localización exacta de estos síntomas van a depender de la posición de su disco intervertebral afectado.

  • Columna cervical (cuello) : cuello, hombros, parte alta de la espalda, brazos.
  • Columna torácica (parte media de la espalda): costillas, torso y órganos internos.
  • Columna lumbar (parte baja de la espalda): caderas, glúteos y piernas.

El dolor es usualmente el factor que hace que el paciente busque tratamiento frente a una Protusión Discal. Antes de que su médico pueda recomendarle un procedimiento, deberá realizar un proceso diagnóstico, para lo cual necesitara realizar:

  • Examen físico: valorar en una exploración física la fuerza, sensibilidad y los reflejos del paciente. Esto puede determinar la extensión de la lesión.
  • Resonancia magnética: Nos ayuda a visualizar con detalle las imágenes de partes blandas y óseas de cuello y columna.
  • Radiografía dinámica: Es importante descartar que el daño a nivel discal no viene dado por una inestabilidad en el segmento vertebral. Esta radiografía nos aporta información sobre cómo se comporta su columna en movimiento

Hay dos categorías principales para el tratamientos de la Protusión Discal: conservadora (no quirúrgica) y quirúrgica. Un porcentaje importante de pacientes que sufren un dolor moderado por una protusión discal pueden encontrar alivio de su dolor y síntomas a través de un régimen de tratamiento conservador.

  1. Tratamiento conservador: el objetivo de estos tratamientos es restaurar los espacios normales existentes entre el disco y las estructuras vecinas mediante el fortalecimiento de los músculos que rodean la zona, liberando de parte de la presión que se ejerce sobre los discos y nervios. Se utiliza:
    • Kinesioterapia: fortaleciendo músculos en el cuello y espalda, modificación de postura y utilización de estimulación eléctrica transcutánea del nervio (TENS). También se utilizan compresas frío/ caliente.
    • Cambios en el estilo de vida: controlar el peso y realizar ejercicios de bajo impacto puede lograr que la presión del disco disminuya.
    • Medicamentos: un porcentaje importante de pacientes se pueden beneficiar de tratamientos con antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos. A veces también se necesitan relajantes musculares.

Tratamiento quirúrgico mínimamente invasivo: Si el tratamiento conservador no logra proveer un suficiente alivio, debe consultar a nuestros médicos para ser considerado para un procedimiento mínimamente invasivo.

  1. Bloqueo foraminal y facetario
  2. Nucleoplastía y anuloplastía del disco con ayuda de láser.
  3. Lavado intradiscal
  4. Extracción de fragmentos discales si la protusión evoluciona y comprime estructuras nerviosas.

Desgarro Anillo Fibroso

El anillo fibroso es la parte exterior y más resistente del disco intervertebral. Este anillo se puede desgarrar o romper, provocando un Desgarro Anillo Fibroso. Los discos intervertebrales funcionan como amortiguadores entre las vertebras, dándole soporte a las estructuras óseas del cuello y espalda. Se puede generar un desgarro del anillo si se ejerce mucha presión sobre un disco, tanto como por las actividades del día a día, como sentarse, ponerse de pie o como resultado de traumatismos en la columna.

La compresión de estructuras nerviosas que pueden ser causadas por un desgarro de anillo puede desencadenar en múltiples síntomas, entre los cuales están:

  • Hormigueo
  • Adormecimiento
  • Debilidad muscular
  • Dolor crónico
  • Dolor que viaja a lo largo del recorrido de la raíz nerviosa

El dolor es usualmente el factor que hace que el paciente busque tratamiento. Antes de que su médico pueda recomendarle un procedimiento, deberá realizar un proceso diagnóstico, para lo cual necesitará realizar:

  • Examen físico : valorar en una exploración física la fuerza y los reflejos del paciente. Esto puede determinar la extensión de la lesión y es muy importante ya que un desgarro anular que genera dolor en la columna lumbar puede evolucionar a otras patologías que se presentan como dolor lumbociático.
  • Resonancia magnética: Nos ayuda a visualizar con detalle las imágenes de partes blandas y óseas de cuello y columna.
  • Discografía: Este método es generalmente muy efectivo para diagnosticar un desgarro anular. Un tinte es inyectado en el disco, dando al médico una imagen clara de cualquier daño discal que pueda estar presente. La discografía no es usada de forma rutinaria de forma preoperatoria, sino que se realiza como una primera fase del a intervención quirúrgica.

Una vez diagnosticado un Desgarro Anillo Fibroso se le ofrecerán una serie de tratamientos conservadores para ayudar a reducir el dolor. Los tratamientos conservadores no tratan la patología pero sí reducen los síntomas de dolor mientras su propio cuerpo sana el proceso mediante la desinflamación.


El ejercicio físico que fortalece la musculatura abdominal y dorsal suele ser el pilar del tratamiento conservador, seguido de una correcta pauta medicamentosa con antiinflamatorios y analgésicos. Muchos pacientes encuentran alivio mediante este tipo de tratamiento.


Este proceso puede tardar varios meses, sin embargo, si después de un tiempo aún sigue sintiendo dolor y otros síntomas, deberá contactar con su médico y conversar sobre los procedimientos mínimamente invasivos disponibles para su patología. Tratamientos que pueden aliviar el dolor generado por un desgarro anillo fibroso:

  • Bloqueo foraminal y facetaría
  • Nucleoplastía y anuloplastía del disco con ayuda de láser
  • Lavado intradiscal
  • Extracción de fragmentos discales si la discopatía evoluciona a hernia
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